Si es una tos blanda hay un remedio que ya utilizaban antaño nuestras abuelos y que va muy bien, es cortar un trozo de cebolla y ponerla cerca de la almohada, con lo que la tos desaparecerá y dejará a nuestro pequeño dormir placidamente. También se puede hacer un jarabe de cebolla que se hará troceando una cebolla en un litro de agua hirviendo, después se cuela y se moja un paño en el agua resultante. Este paño se coloca en el pecho del niño, cuando tenga la temperatura adecuada y manteniéndolo hasta que se enfrÃe, con lo que se conseguirá dilatar los bronquios y eliminar las secreciones que se han acumulado forzando la tos. Darle mucho lÃquido le ayudará a diluir las molestas secreciones, pero ojo, hay quien piensa que la leche favorece a la mucosidad.
La miel se usa en el mundo como remedio casero par la tos y serÃa una alternativa segura y efectiva a los fármacos para la tos, escribió el equipo dirigido por Paul en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine.
Para investigarlo, los autores compararon miel de trigo sarraceno con una preparación de dextrometorfano con sabor a miel y ningún tratamiento en 105 niños a los que se habÃa atendido por tos nocturna causada por resfrÃos. Los padres respondieron un cuestionario durante la consulta médica y al dÃa siguiente, luego de haberles dado a sus hijos la miel o el dextrometorfano a la hora de dormir.
Los niños que recibieron la miel lograron la mayor disminución de la frecuencia y la severidad de la tos que los niños de los otros dos grupos; y lo más importante fue que ellos, y sus padres, pudieron dormir mejor. Existen varias explicaciones sobre por qué la miel alivia la tos, señaló el equipo: su dulzura y textura de jarabe calmarÃa la garganta, pero también influirÃa su contenido antioxidante. La miel causa también un efecto antimicrobiano.
La miel no está recomendada para menores de 1 año por el riesgo que puede causar de desarrollar la intoxicación alimenticia conocida como botulismo, indicó Paul en una entrevista. Sin embargo, para los niños más grandes suele ser segura. El equipo usó una dosis idéntica a la de los jarabes para la tos: media cucharada para los niños de 2 a 5 años, una cucharada para los de 6 y 7 años y dos cucharadas a partir de los 12 años
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