El 10% de la población general y el 5% de los que trabajan sufren varices. Esto se da sobre todo en mujeres. Se trata de afecciones del sistema venoso que pueden resultar muy molestas, especialmente en los meses de calor, además de suponer un problema de tipo estético. Actualmente, la mayoría de las personas pasan más de siete horas de pie o sentadas lo cual favorece la aparición de varices. Generalmente existe cuatro grados de várices:
I Grado de várice: En esta etapa, se ven en algunos sitios y a través de la piel, las venas finas de color violáceo.Son aquella que semejan “arañas” vasculares o telangectasias y sin síntomas.Estallido de cohete o cabeza de meduza; generalmente no presentan ningún tipo de sintomatología razón por la cual y de una manera equívoca no se le presta frecuentemente atención por parte del paciente. Afectan específicamente el aspecto estético.
II Grado de Várice: venas más visibles, dilatadas y tortuosas, se acompaña la mayor parte de síntomas, como dolor o inflamación. Un alto porcentaje de los pacientes presentan sintomatología.Este tipo de varices ya empieza a ser un problema para la salud. Normalmente con la edad, suelen producir flebitis superficiales dolorosas, o pequeñas varicorragias (sangrado de una vena). Es importante comentar que en las várices Grado I y II el tratamiento es exclusivamente médico, evitando así el tratamiento quirúrgico.
III Grado de várice: la dilatación y tortuosidad son mayores, así como los síntomas, además se ven muy gruesas como si fueran “cables” debajo de la piel de las piernas. La sintomatología en estos pacientes tienden a ser más intensa e incapacitante.Van aumentando progresivamente, y aparece hinchazón y edemas y cambios de coloración en la piel. Dichas várices se tratan solamente de manera quirúrgica.
IV grado de várice: todo lo anterior acompañándose de úlceras varicosas, dermatitis ocre y muy sintomáticas. Las úlceras son difíciles de tratar y pueden infectarse con facilidad.
Algunas recomendaciones para prevenir y aliviar los síntomas producidos por las varices incluyen: evitar el uso de calzado con tacones altos o demasiados planos o ropa muy ajustada, evitar fuentes de calor excesivo, mantenerse dentro del peso normal, se pueden utilizar vendas elásticas comprensivas, las duchas frías son muy recomendables, hacer ejercicio o caminar, elevar las piernas durante media hora al día, dormir con los pies ligeramente levantados y, finalmente, acudir al médico que es el que mejor evaluará los síntomas e indicará el tratamiento adecuado.
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